Mi familia incluye a mi esposo y a mƭ, que hemos estado felizmente casados por mƔs de 35 aƱos, nuestros tres hijos adultos y varios nietos.

Mi ser querido adicto siempre fue el payaso de la clase.Ā La escuela era muy fĆ”cil y todos los maestros lo amaban.Ā Era inteligente, atlĆ©tico y simplemente una persona divertida para estar cerca, y todavĆ­a lo es.Ā Comenzó a usar (marihuana y pastillas Soma) cuando tenĆ­a 14 aƱos, lo que no nos dimos cuenta hasta que tenĆ­a unos 16 aƱos.Ā DespuĆ©s de hablar con un consejero, lo admitimos en un programa ambulatorio intensivo.Ā Mi hijo pasó por ese programa y salió genial…Ā hasta la próxima vez.

Siempre estaba en movimiento, trabajando mucho, saliendo con amigos, practicando deportes, etc. Cuando tenía 18 años, nos dimos cuenta de que estaba consumiendo de nuevo. Explicó todo lo que había usado y lo que estaba consumiendo actualmente (heroína). Mi hijo fue puesto en rehabilitación nuevamente, un programa de 30 días. Mi esposo y yo nos unimos al grupo de apoyo para padres afiliado al programa. Fue un momento extremadamente difícil para nuestra familia. Mis otros dos hijos estaban muy enojados con él, por tomar estas decisiones que amenazaban su vida.

Intentamos asesorar, sermonear, discutir, cualquier cosa que se nos ocurriera para que tomara decisiones diferentes. Éramos ignorantes.Ā No nos dimos cuenta de que era su elección ponerse sobrio o vivir una vida en adicción activa.Ā No nos dimos cuenta de que la recaĆ­da era parte del viaje y cuando sucedió, nos rompió.Ā Nos sentimos como si hubiĆ©ramos vuelto al punto de partida cuando, de hecho, no lo estĆ”bamos.Ā TodavĆ­a estaba en el camino de la sobriedad, simplemente tuvo un “tropezón” en SU viaje.Ā Si consiguió estar limpio de drogas una vez, podĆ­a hacerlo de nuevo, y lo hizo.

Mi hijo fue a la instalación donde trabajaba Mike Speakman, y mi esposo y yo nos involucramos en una reunión PAL. A decir verdad, nunca esperÔbamos con ansias las reuniones debido a lo que representaban (que nuestro hijo estaba consumiendo), pero cada vez que salíamos de esas reuniones, nos alegrÔbamos de haber ido. Aprendimos nueva información, pudimos escuchar a otros que estaban lidiando con algunos de los mismos problemas e incluso compartimos una risa o dos.

Una de las cosas que entendimos de PAL fue que amamos a nuestro hijo, pero que nosotros nos  amamos mÔs. Debemos estar sanos, espiritual, física y emocionalmente, antes de que podamos ser de alguna ayuda para nuestro hijo. Teníamos que darnos cuenta de los límites que queríamos en nuestra familia y apegarnos a ellos. Aprendimos sobre el perdón, lidiar con la ira y mantener un matrimonio saludable.

”Mi hijo dejó de consumir drogas! Decidió que quería una vida mejor, quería una carrera y quería ser parte de nuestra familia. Ahora tiene una carrera excelente, una novia seria y una nueva fe en Dios. No podríamos pedir mÔs.

Hemos sido bendecidos por PAL y decidimos retribuir convirtiéndonos en facilitadores de PAL. Realmente creemos en este programa y en los beneficios que puede brindar a los padres que estÔn, quizÔs, en el trayecto mÔs difícil de sus vidas. El apoyo y el amor, sin juicio, es un regalo muy especial que los participantes de PAL se dan unos a otros. Nos sentimos honrados de ser parte del programa.

-Una mamĆ” PAL

* Los nombres han sido cambiados con el propósito de mantener el anonimato.