Estoy casada con un maravilloso esposo desde hace 18 años, y tenemos 1 hija, 2 hijos, 2 nietas y 1 nieto.

Mi hijo, Cooper, siempre fue activo cuando era niño. Nunca hubo un momento aburrido. Te hacía reír en un momento y te hacía arrancarte el pelo al siguiente. Lo especial es que él y yo éramos un equipo, hubo momentos en los que solo éramos él y yo contra el mundo.

Tenía 14 años la primera vez que se drogó. Pasó el fin de semana en casa de su primo mayor y fumaron marihuana. Cuando tenía 16 años, su abuela estaba enferma y él ayudaba a cuidarla. Yo estaba tan ocupada que no me di cuenta de que él había puesto sus manos en la morfina de su abuela.

Su primera vez en la cárcel fue el fin de semana que  cumplió 18 años (ha estado allí al menos tres o cuatro veces más). La última vez fue cuando estaba ayudando a un amigo a mudarse y encontraron una gran cantidad de metanfetamina en una bolsa. El amigo le dio la propiedad de la metanfetamina a Cooper. Después de cumplir un mes en la cárcel, Cooper fue liberado para esperar la fecha de su juicio. El día de su liberación, entró en su primer centro de rehabilitación.

Justo antes de que esto sucediera, comencé a trabajar en un centro de recuperación y tenían un letrero en el frente para una reunión de PAL. Fui a casa esa noche y busqué la organización y supe que quería participar. Asistí a mi primera reunión solo unas semanas antes de que arrestaran a mi hijo.

Traté de amarlo hasta la muerte y mostrarle amor duro. Traté de sostenerlo y dejarlo caer. Pero nada funcionó. PAL me ha ayudado a darme cuenta de que es un adulto y es responsable de sus propias decisiones. No puedo correr y protegerlo en todo, pero aún puedo estar allí y apoyarlo mientras decide hacer un cambio.

Cooper acaba de pasar sus 100 días sobrios y está orgulloso del trabajo que está haciendo. Trabaja lo suficiente para pagar el alquiler y le quedan varios dólares de cada cheque.

Como resultado de asistir a PAL, he aprendido a apoyar a mi hijo sin permisividad y amarlo sin hacer que mi esposo sienta que a mi hijo lo estamos amando menos.

– una mamá PAL

*Los nombres se han cambiado para proteger las identidades